sábado, 22 de septiembre de 2012

En el camino, de Jack Kerouac


Encontré este libro pocos días antes de cruzar el charco por primera vez para aterrizar en San Francisco. Pensé que había sido una casualidad, así que lo apunté como libro pendiente. Según la contraportada este libro le cambió la vida al mismísimo Bob Dylan, así que no debía de estar mal. Aunque no es de los mejores libros que he leído, admito que, al final, le he encontrado la gracia. Sobre todo porque por fin he conseguido entender a la gente que dice que su sueño en la vida es viajar a los States, alquilar un coche y conducir: hacerse la Ruta 66 para cruzar los Estados Unidos, viajar de Nueva York hasta San Francisco parando lo justo para conocer el país y vivir experiencias inolvidables. No sé si se ha convertido en mi sueño también, pero desde luego que este libro me ha dado ganas de volver.


Jack Kerouac publicó En el camino en el año 1957, libro en el que narra los viajes que realizó por EEUU y México diez años antes. Kerouac es uno de los integrantes de la Generación Beat, formada por un conjunto de autores que en los años cincuenta se rebelan contra los valores de la sociedad tradicional americana. El movimiento hippie creció gracias, en parte, a sus obras, en las que sus personajes ansían vivir al máximo, hablando de todo, pensando, filosofando, bebiendo, drogándose, haciendo el amor y, por supuesto, bailando.

Sal Paradise es el alter ego de Jack Kerouac en la obra, ya que el libro es en parte autobiográfico. Él vive en Nueva York, con su tía, y un buen día conoce a Dean Moriarty, del que ha oído hablar mucho. Junto a otros amigos decide viajar a Denver (su punto de encuentro) para, desde allí, conducir hasta San Francisco y así conocer el país. Con unos cuantos dólares en el bolsillo y haciendo autostop Sal Paradise se pone en marcha, dando comienzo al primero de los cuatro viajes que se relatan en el libro.

Poco más hay que contar del argumento: Kerouac escribe „su vida en la carretera“, en la que la única meta es el viaje en sí y la experiencia personal que la carretera les proporciona. Economizando hasta el máximo su dinero, recogiendo viajeros para conseguir pagar la gasolina, durmiendo en casas de conocidos / amigos que tienen los protagonistas repartidos por todo el país viajan por multitud de ciudades de EEUU. Se paran en algunas para irse de juerga y beber, fumar, conocer a chicas y escuchar música. Se describen muchas ciudades y paisajes del país, pero las mejor retratadas son Denver y San Francisco, que Kerouac describe como la mejor ciudad de Estados Unidos. Describe sus barrios, sus bares, sus pobres y su música, que tiene un papel fundamental en la obra.

La experiencia que viven los personajes es, sin embargo, demasiado personal, y esto es lo que menos me ha gustado del libro. Es tan personal que tanto Sal como Dean son egoístas, y sus sentimientos de amistad o amor son tan intensos como efímeros. No piensan en el futuro, y cada cosa que les pasa o que piensan la viven de una forma demasiado egocéntrica, buscando con afán conocerse cada vez mejor a sí mismos. Yo no tendría nada en contra si no fuera porque van dejando por el camino promesas sin cumplir, mujeres dolidas y esperanzadas en su vuelta y, lo que es peor, hijos que nacen sin padres. Amados, por supuesto, pero que no despiertan en sus progenitores ningún sentimiento de responsabilidad. Claro que está bien colgar la rutina de vez en cuando y lanzarse a correr una aventura sin más objetivo que la aventura en sí, pero hay que comprender que la vida no es sólo un viaje hacia adentro, y que nuestros actos pueden tener consecuencias para los demás que hay que asumir.

Por eso creo que este libro, para que guste, hay que leerlo sin pensar mucho en los personajes secundarios y quedarse con la intensidad con la que cada uno vive su viaje particular. Aprender un poco de las ganas de vivir, de conocer y de saberlo todo que tienen, sin preocuparse por las cosas típicas que la sociedad impone que nos tienen que preocupar. Aprender de su afición por la música e ir a un concierto: escuchar música buena y bailar de vez en cuando como si no hubiera un mañana.

Ratita de laboratorio

2 comentarios:

  1. Libro interesante porque más allá del dolor que dejen tras de sí los protas, muestra una realidad que fue como fue. Eso le quita el posible toque Hollywoodiense que todo lo empaña.

    ¡Gracias!

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    1. Hola Sweet Dreams! Sí, es un libro que marcó una época y que sólo por conocerla resulta interesante de leer.

      No sé si mencionas el toque Hollywoodiense por esto, pero olvidé escribir esta información en el post: la película basada en el libro se presentó en el Festival de Cannes de este anho. No fui capaz de averiguar cuándo se estrena por estas tierras, ni siquiera si ya se estrenó, pero resultaría interesante ver la versión del libro en película, tanto para los que prefieran las pelis a los libros como para los que conozcan la obra.

      Al menos, la BSO será buena, y los paisajes también :)

      Muchas gracias a ti por seguirnos!

      Ratita de laboratorio

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