martes, 27 de diciembre de 2016

Tú no eres como otras madres, de Angelika Schrobsdorff


Tú no eres como otras madres ha sido una de las novedades del año con más éxito. La otra ratita la leyó por motivos profesionales, y me recomendó intentarlo con el original. Con este libro, uno de los últimos retos del 2016, despedimos el año e inauguramos las recomendaciones para los Reyes Magos. Mandamos un saludo especial a nuestros seguidores: los incondicionales y los casuales, que pasáis sólo de vez en cuando por aquí. Espero que estéis disfrutando de las Navidades y que el 2017 os depare lo mejor.


Schrobsdorff publicó Tú no eres como otras madres en 1992, pero no ha sido hasta este año 2016, de la mano de Errata Naturae y Periférica, que podemos disfrutar de su traducción al castellano. Este año también ha sido, lamentablemente, el de la muerte de su autora, cuya vida se narra parcialmente en la obra que nos ocupa. Nacida en 1927, vivió junto a su familia en la Alemania de entre guerras, y en la Alemania nazi. Su madre, que no era como otras madres, marcó su infancia y su juventud, y este libro es el resultado de la búsqueda de la mujer que se escondía detrás. Su forma de tratar los recuerdos y de analizar los acontecimientos que vivieron juntas, son el mejor homenaje que le pudo hacer a su madre.

Cuando leí el título del libro y el resumen, pensaba que la madre de Angelika sería una heroína que, en tiempos del nazismo, resaltó por su entereza y su capacidad de decisión. Y de ahí que no fuera como otras madres, pues gracias a Dios no son muchas las que se ven en la situación de luchar por salvar la vida de sus hijos. Pero cuando empecé a leer la novela, me di cuenta de que no era eso lo que Schrobsdorff nos quiere contar.

A. Schrobsdorff (Errata naturae)
Else era judía, y desde su más tierna infancia luchó contra las convenciones de la sociedad. De niña quería poner un árbol de Navidad en casa, y desde joven quiso salir del círculo de relaciones que sus padres le buscaban, conociendo la bohemia berlinesa de la mano de su primera pareja Fritz. Else era una mujer culta, con gran interés en la literatura y el arte, pero sobre todo era libre. Vivió su vida con gran intensidad, y disfrutó de los años veinte junto a sus amigos, durante los que buscaba el placer, el amor y la diversión. La llegada de Hitler al poder marcó el comienzo de la segunda etapa de su vida, aunque al principio intentó, como tantos otros, cerrar los ojos y negar la realidad.

Como madre, Else no siempre supo aportar a sus hijos esa seguridad que muchos vástagos encuentran en sus progenitores, esa capacidad innata que muchas veces adjudicamos a los padres (no siempre acertadamente) de que ellos sabrán qué hacer. Y por eso dice Angelika que su madre no era como otras, porque a veces estaba ausente, o tenía cambios de humor, y porque el amor que sentía por sus hijos a veces no suplió la falta de otras capacidades. Schrobsdorff, con la sabiduría y la experiencia que da el paso de los años, se acerca a la vida de su madre desde su amor incondicional, pero la intenta comprender como mujer, y no sólo como madre. Y escribe un libro lleno de amor, de compasión, con reproches (hacia su madre y hacia sí misma) pero lleno de perdón y arrepentimiento. Una relación de madre e hija es compleja siempre, pero pocas veces se pone en palabras con tanto acierto esa mezcla de sentimientos que suponen los conflictos generacionales.

Otro de los puntos fuertes de Tú no eres como otras madres es su contexto histórico. Ya he dicho alguna vez en este blog que soy una apasionada del período entre las guerras mundiales en Europa, especialmente en Alemania, donde sigue pareciendo increíble que una sociedad con fama de abierta y culta aceptara e incluso apoyara un político como Hitler. La descripción de los años despreocupados de Else ayudan a entender una época que tuvo que ser muy especial, previa a otra mucho más dura, de la que Else tardó en ser consciente.

Fotograma de la película Else, basada en la novela
Tú no eres como otras madres me ha gustado mucho, sobre todo por la mezcla de voces: Angelika es la narradora principal, pero la inclusión de cartas de Else y de sus amigos y familiares, sobre todo en algunos momentos, es decisiva para entender todos los matices de la madre de Angelika. Diría que a pesar de esto, la parte final flojea un poco, supongo que porque es una biografía y como tal no todas las etapas de la vida son igual de interesantes, y porque no deja de ser su hija la que nos la cuenta. Creo que es muy recomendable para aquellos interesados en la historia de Alemania desde un enfoque distinto, y también para los que se lleven bien (o mal) con sus madres. Es una realidad que tenemos que llegar a la vida adulta para entender y asumir que nuestros padres son humanos, cometen errores, y que no siempre son perfectos. Y muchas veces deben pasar aún unos años más para que ese entendimiento se convierta en perdón mutuo.

Quizá este libro nos ayude en el proceso.

Por último, os diré que si tenéis un nivel bastante alto en alemán, merece la pena intentarlo. A mí me ha tocado buscar bastantes palabras en el diccionario, pero si conseguís terminarlo, os sentiréis orgullosos de haber entendido las descripciones de Angelika, llenas de matices, que consiguen captar a la perfección hasta los más pequeños detalles de la relación entre madre e hija. Pero no os sintáis mal si os veis obligados a dejarlo: requiere concentración y, demasiadas veces, el diccionario al lado.

Ratita de laboratorio

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