sábado, 9 de septiembre de 2017

Un grano de trigo, de Ngugi wa Thiong'o


Si hay un autor por el que se apuesta días antes de la entrega del Nobel de Literatura, ése es Ngugi wa Thiong'o: escritor kenyata cuya obra más conocida es Un grano de trigo. Decidí leerlo para seguir conociendo autores con posibilidades de ganar el galardón, y me acerqué a él con Un grano de trigo, que es uno de los últimos libros que escribió en inglés. Después decidió ser coherente con la defensa de la cultura gikuyu frente al poscolonialismo británico y escribir en su idioma materno (que después él mismo traduce al inglés). Esta obra fue elegida como una de las 12 obras africanas más importantes del siglo XX.


Ngugi wa Thiong'o publicó Un grano de trigo en 1967. En él habla sobre la independencia de Kenya del Imperio Británico, y la lucha de los rebeldes (Mau Mau) contra las autoridades para conseguirla. Este autor, de izquierdas, estudió en Uganda y en Inglaterra, y en sus obras habla del colonialismo, de la importancia de establecer relaciones entre los países de igualdad y respeto, de la lucha por la independencia en Kenya y de la importancia del idioma para la cultura y la identidad de un país o tribu. Para ser coherente con las ideas que defiende, decidió dejar de escribir en inglés para hacerlo sólo en gikuyu, que es el idioma de la tribu más importante de Kenya. Aunque Un grano de trigo fue escrito en inglés, abundan los términos y las canciones en gikuyu, que el autor mismo introdujo en el original sin traducir. Vivió durante años exiliado de su país.

Un grano de trigo es un homenaje a los héroes que creyeron y que lucharon por un mundo mejor. El tono, sobre todo al principio del relato, es un poco de fábula, con las descripciones de paisajes, de amores y de héreos valientes. Al principio incluso me pareció que rozaba la infantilidad, la simplificación, y aunque me parecía un recurso bonito no conseguía llegarme del todo. Pero al avanzar en la trama, wa Thiong'o deja de fijarse en los detalles épicos para hablarnos de las personas, y los héreos no son tan perfectos como creemos ni sus familias tan abnegadas.

Ngugi wa Thiong'o (wikipedia)
Ese punto desde luego es el que hace Un grano de trigo especial: wa Thiong'o podría hablar de buenos y malos, de abusadores y oprimidos, destacando la bondad y la maldad de cada bando. Pero lo difícil es defender lo que él cree que es justo aceptando y describiendo los matices de unos personajes que no se pueden encasillar tan fácilmente.

Wa Thiong'o, que al escribir en gikuyu personifica y hace suyas las reivindicaciones de su tribu y la lucha por sus derechos, deja una puerta abierta al diálogo poniendo en duda que el fin justifique los medios, o que los héreos nacionales fueran perfectos. No se puede juzgar a un autor sólo por una novela de ficción, ni me he hecho especialista en Ngugi wa Thiong'o: de hecho, dudo que esté de acuerdo con todas las ideas que defiende. Pero esa predisposición a fomentar el diálogo y a luchar con las palabras me ha gustado: ese diálogo que a veces falta cuando nos enrocamos en nuestras posiciones sin ver los puntos débiles de nuestros argumentos o los fuertes del contrario.

Para saber si esta primera impresión sobre su obra es cierta debería leer más libros suyos, y creo que lo haré. Volveré con su ensayo Descolonizar la mente. La política linguística de la literatura africana, para conocer mejor sus opiniones sobre Kenya, un país del que he confirmado que sé demasiado poco. Quizá sus obras de no-ficción no tengan ese tono cercano a la fábula. Animaos con Un grano de trigo, o con Weep not, Child, y aprenderéis sobre un pedazo de historia donde Europa es demasiado protagonista.

Ratita de laboratorio

No hay comentarios:

Publicar un comentario